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Así afectan las casas en las que vivimos a nuestra calidad de vida
La investigadora del Instituto IS Global, Carlota Sáenz de Tejada, presenta en Conama 2020 los últimos datos sobre el impacto del interior de las viviendas en la salud
02/06/2021
- Fundación Conama
Pasamos en torno al 70% de nuestro tiempo en casa, una cifra que ha aumentado durante el confinamiento y que podría mantenerse en algunos casos debido a la implantación del teletrabajo o la educación online.
Esto ha puesto de manifiesto las deficiencias actuales del parque de viviendas: el 15% de la población europea vive en una casa con goteras o humedades, el 20% no dispone de una casa que proteja del calor excesivo en verano y el 13%, de un hogar que proporcione calor suficiente en invierno.
¿Y cómo afectan estas deficiencias a la salud de las personas que viven dentro? Aunque esta cuestión aún está en estudio, Carlota Sáenz de Tejada, investigadora del Instituto IS Global y ponente de la sesión Habitabilidad y Vivienda de Conama 2020, nos ha hecho un primer acercamiento y llama a medir la calidad ambiental de las viviendas para conseguir casas más saludables.
Enfermedades asociadas a la humedad o falta de ventilación
Para Sáenz de Tejada, uno de los ámbitos a los que se debe prestar atención en los hogares es la ventilación y la excesiva temperatura en el interior de la vivienda. Las deficiencias en estos puntos, asegura, favorecen el exceso de humedad o moho dentro del hogar, asociados a un incremento de entre el 30% y el 50% de los problemas respiratorios y de afecciones como el asma.
Estos efectos, incluso, podrían unirse a los derivados de componentes como el radón, advierte la investigadora. Dicha sustancia, que emana naturalmente del suelo y está presente especialmente en comunidades como Galicia, Extremadura, Madrid, Cataluña y Canarias, puede desembocar en cáncer de pulmón cuando se da una exposición prolongada a su acumulación en interiores, habitualmente plantas bajas o sótanos.
La falta de luz natural es también otro de los factores que puede afectar a la calidad de vida de los hogares. Tal y como ha explicado Sáenz de Tejada, la iluminación natural en espacios de trabajo y aprendizaje se asocia a un mejor rendimiento y reducción del cansancio. Exponernos a la luz del sol también puede aumentar nuestros niveles de vitamina D, proporcionándonos más protección ante diversas enfermedades (hipertensión, diabetes o esclerosis múltiple).
La escasez de metros cuadrados y la salud mental
Otro de los aspectos que señala la investigadora es el tamaño de las viviendas o las condiciones de hacinamiento. Vivir en condiciones de sobreocupación o hacinamiento, con escasez de metros cuadrados por persona, se ha asociado en diversas investigaciones a un mayor riesgo de enfermedades infecciosas (respiratorias, gastroenteritis), así como a una probalilidad mayor de sufrir accidentes domésticos, depresiones o bajo rendimiento académico en adolescentes. “El impacto de condiciones insalubres se extiende, por tanto, a la salud física y mental”, asegura.
Pero los problemas no solo se encuentran en el diseño o la construcción de la vivienda. La ausencia de espacios verdes o comunes (plazas, calles) puede influir en el desarrollo del barrio o de comunidad, así como a la manera en la que nos relacionamos socialmente. La renaturalización de las ciudades y el espacio público es, por ello, otro de los temas troncales de Conama 2020 que no solo pretenden mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y cuidar “la casa común”.
Foto: ImagenenAccion Marcha Protesta Confinamiento_20200920_Rafael Muñoz_04