Tres maneras de expandir la producción de alimentos sostenibles dentro de la ciudad
¿Cómo garantizar el acceso de todas las personas a una alimentación sostenible y sana? Y lo que es aún más complicado: ¿Cómo hacerlo en medio de una pandemia?
Aunque estas preguntas sin duda plantean un reto complicado, la necesidad de responder a ellas es ineludible. La crisis sanitaria ha subrayado la urgencia de fomentar la autonomía alimentaria de las ciudades, proveyéndolas de materias primas y de alimentos de temporada producidos en el propio término municipal, ya sea mediante la agricultura urbana o mediante la periurbana.
“Fomentar el consumo local y recuperar el concepto de huertas intramuros parece ahora más que nunca una alternativa a la importación de productos frescos desde lugares lejanos y una valiosa incorporación al sistema de espacios libres urbanos, en ciudades donde éstos suelen ser escasos”, señala Laura Ronquillo, coordinadora del comité técnico de agricultura urbana de Conama 2020, quien destaca algunos beneficios de la conservación de los espacios agrarios urbanos y periurbanos como, por ejemplo, el fomento a la biodiversidad, “pieza clave en las medidas de mitigación del cambio climático”. Además, está el hecho de que la agricultura urbana “acerca de forma clara la producción primaria de alimentos al destino de consumo, contribuyendo a la reducción de la huella de carbono producida por el transporte y conservación de los alimentos".
El comité técnico que coordina Ronquillo, compuesto por especialistas de diversos perfiles, está recopilando experiencias de alimentación urbana que se compartirán durante el Congreso Nacional del Medio Ambiente, que se celebrará del 19 al 22 de abril de 2021. Aquí recogemos algunos ejemplos:
Hacer llegar los alimentos frescos y ecológicos a los colegios de Madrid
La cooperativa Garúa y el Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI) se han centrado en la alimentación en las escuelas, a cargo del proyecto "Menús sostenibles, planeta saludable: transitar hacia una soberanía alimentaria en las escuelas infantiles madrileñas como camino hacia los ODS”. Esta iniciativa, en marcha desde febrero de 2020 con financiación del Ayuntamiento de Madrid, busca que las escuelas infantiles sigan criterios de menús saludables y ecológicos, con mayor presencia de verduras, hortalizas y frutas, mejor equilibrio entre la proteína animal y vegetal (legumbres), consumo de vegetales de temporada, uso de aceite de oliva virgen extra y eliminación de productos azucarados, entre otros criterios.
El objetivo era sumar las 12 escuelas infantiles municipales (de 0 a 3 años) inauguradas en 2019 a las 54 de la red municipal que ya habían sido asesorada para seguir los criterios de alimentación sostenible. Desde 2016 las escuelas están comprometidas por pliego a introducir a lo largo de cuatro años grupos de alimentos de procedencia ecológica. “Lo hacen de manera progresiva: en el primer año, las escuelas municipales deben incluir en sus menús al menos un grupo de alimentos ecológicos: ya sean los cereales, o los lácteos o las legumbres… lo que cada escuela elija”, precisa Águeda Ferriz, socia de la cooperativa Garúa, quien añade que “el aceite de oliva virgen extra, por ejemplo, ya cuenta como grupo”. El segundo año, los centros deben añadir otro grupo y, el tercero, dos más. Así, poco a poco la alimentación de los menús se va haciendo más ecológica. En el proceso, Garúa les ofrece acompañamiento en el diseño de desayunos, meriendas y menús del medio día. “Además, hacemos sensibilización a familias y a educadoras, damos formación práctica a las cocineras, y creamos grupos motores en cada centro que van dando seguimiento a esta cuestión”, indica Ferriz.
Consolidar una red de productos ecológicos en Córdoba
El proyecto Alimentando Córdoba nació en 2016 con el objetivo de construir servicios alimentarios más sostenibles para la localidad andaluza y ahora ya se ha convertido en una estrategia de alimentación urbana.
Durante la primera ola de la pandemia en España y, en especial, en los primeros días del confinamiento, Alimentando Córdoba asumió un reto doble: por un lado, sostener la red de distribución de productos ecológicos que se había quedado sin sus espacios públicos de venta y, por otro, abastecer de alimentos frescos y vegetales a las personas y familias más económicamente vulnerables. “Si te fijas, en los bancos de alimentos, el porcentaje de alimento fresco vegetal es bastante bajo o inexistente”, indica la coordinadora del proyecto, Isabel Vara. La red Alimentando Córdoba logró introducir un lote de alimentos frescos, de proximidad, de temporada y de producción agroecológica para estas familias.
Por otro lado, en uno de los barrios más pobres del estado español, situado en el sector sur de Córdoba, la red se movilizó para reunir 8.000 euros con los que comprar productos frescos, sanos y ecológicos y alimentar así a los niños y niñas de un colegio, cuyo profesorado y equipo directivo también se movilizó para apoyar a estas familias. Fue, según Vara, una recaudación de los vecinos y vecinas.
En paralelo, generaron un sistema de apoyo para a los productores que habían perdido su espacio público y sus líneas de venta a los grupos de consumo. Lo hicieron en menos de dos semanas, con asistencia en la logística, en la gestión y con apoyo económico “para tanto las consumidoras que se habían quedado sin esos espacios como para las personas productores que habían visto disminuida la diversificación de sus canales de venta”.
Vitoria o impulsar el relevo generacional en producción agroecológica urbana
El Semillero de Empresas Agroecológicas Basaldea es un proyecto de Vitoria-Gasteiz con el que la ciudad vasca fomenta el empleo y el emprendimiento de agricultores. No solo es una iniciativa de agricultura ecológica sino una estrategia global en la que el municipio lleva años trabajando. “Nos embarcamos en el proyecto en el año 2012 porque la ciudad de Vitoria es muy peculiar en lo que respecta al suelo agrario en el término municipal. El sector agrario necesita relevo generacional, y con el proyecto se abre la posibilidad de generar un nicho de empleo. Los terrenos los puso el ayuntamiento y a partir de ahí se creó una agrupación de colaboradores”, explica Juncal Ibeas, responsable del Servicio de Empresas del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. “La idea es crear un espacio para arrancar empresas agrarias, donde los emprendedores están más arropados que si lo hicieran en cualquier otro sitio. Hay un acompañamiento en la gestión, en la distribución, etcétera”, cuenta Ibeas, quien agrega que los agricultores pagan un alquiler por la parcela, aunque la tasa es muy baja, y el consumo de agua. Actualmente tienen once parcelas disponibles, de las cuales cuatro están ocupadas.
Foto: Proyecto Basaldea, en Vitoria.